Justo a la hora del anochecer, el faro comienza a girar encendiendo su luz para avisar a los navegantes de un punto de costa: cada uno de nuestros faros con una frecuencia diferente, propia. Su ráfaga de luz, que parece encenderse y apagarse, gira para emitir destellos de corta duración como rayos nerviosos que se pierden en la noche, allá dentro en el mar. Ese resplandor pautado, tan breve, es la señal que nos guía de noche en el fluido continuo de las aguas, destello tras destello.
Abriendo la nueva temporada de SET ESPAI D'ART, JUAN OLIVARES (Catarroja, 1973) presenta una exposición de sus trabajos recientes que, con el título de "Destellos", muestra una docena de piezas en las que insiste en la objetualización de la pintura y en su salida del cuadro, consolidando lo que sería una tercera vía en su producción: la que ensaya con el espacio de manera radical y experimenta con los formatos y soportes (papel, plásticos, aluminio, madera) a través de collages y pinturas-objeto. Las otras dos vías, totalmente pictóricas, alternan momentos de alto contraste y gama reducida (casi blanco y negro), centrados en el gesto y el grafismo, con otros momentos en los que el colorido se desborda y los recursos y calidades plásticas se enriquecen y cercan a lo barroco.
En la misma línea de tensión, Olivares presentó en SET ESPAI D'ART la exposición "Conjugar" (2014) y, antes, "Cosidos" (Galería Valle Ortí, Valencia, 2012), en las que se liberaba de la planitud y bidimensionalidad del cuadro para seguir buscando, más allá de sus márgenes, otras posibilidades pictóricas. Los grandes collages que presenta ahora esgrimen una amalgama de sus reconocibles registros gestares de vivos colores, manchas y pinceladas que han sido recortadas y recompuestas siendo ellas mismas su propio soporte. Estos collages funcionan como un replanteamiento de su vocabulario plástico, ajustándose al muro o al espacio en una pieza, como si se tratara una figura blanda en expansión y con una capacidad para seguir creciendo orgánicamente -como se podía comprobar en "She is like rainbow XI", collage con el que consiguió el Premio Cañada Blanch este mismo año.
Aunque esté en desuso, hay una relación entre los verbos "destellar" y "destilar", de modo que resultará fácil esgrimirla respecto al trabajo de taller: en el centro del estudio de Olivares encontraremos un enorme montón de papeles recortados donde se perfilan pinceladas, trazos, planos, que son las piezas de un puzzle con las que se juega. Y en el proceso de valorar las casi infinitas variables entre ellas, un instante de sorpresa fija un encuentro efectivo, fascinante y, después, la memoria va destilando las mejores combinaciones de las posibles. Cada uno de los resultados es independiente y libre, es una estructura de la que se aprende: crece libre sin un formato precio, expandiéndose por la suma de las partes que se relacionan entre sí y sin el corsé (la acotación) del lienzo sobre bastidor.
Señala Olivares que, en los collages, ese encuentro primero es clave, un destello inesperado donde se manifiesta de manera repentina alguna cualidad o actitud (tensión, color, textura…) que permite el encaje entre las piezas de recorte: la chispa adecuada, fugaz y perfecta, que prende la luz del faro que nos guía mientras bordeamos la linea de costa.
Ricardo Forriols

Inauguración : viernes 16 de septiembre a las 20 h.

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